Tegucigalpa, Honduras
La juventud hondureña parece estar en la mira de la violencia, a pesar de que las cifras de homicidios indican una reducción.
Un total de 783 jóvenes han sido asesinados en lo que va del año, de ellos, 666 eran varones y 117 mujeres.
Según estadísticas de la organización no gubernamental Casa Alianza, en el mes de enero se contabilizaron 98 homicidios, 84 en febrero, 93 en marzo, 82 en abril, 102 en mayo, 79 en junio, 87 en julio, 84 en agosto y 74 en septiembre.
De las víctimas registradas en ese último mes, 16 de ellas eran menores de 17 años y 58 tenían edades entre los 18 y 23 años. De los 74 fallecidos, 68 eran varones y seis mujeres.
Los informes revelan que las armas de fuego siguen siendo el instrumento de muerte más utilizado por los criminales, ya que 55 personas fallecieron por heridas de bala, seis fueron asesinadas con arma blanca, doce asfixiados y de una de las víctimas no se determinó la causa de muerte.
Según las investigaciones realizadas por Casa Alianza, el 82 por ciento de estos casos se encuentran en la impunidad debido a la poca o nula investigación por parte de las autoridades. Un promedio de 85 niños y jóvenes menores de 23 años son asesinados mensualmente.
Reclutamientos
Las autoridades policiales atribuyen la mayoría de estos crímenes a la participación de los jóvenes en acciones ilícitas, entre ellas el cobro de extorsiones, robos y hasta asesinatos cometidos por maras y pandillas.
Según las pesquisas realizadas por los cuerpos de investigación, al menos 350 menores de edad han sido reclutados por las maras.
Afirman que al utilizar los menores pretenden que por su minoría de edad no se les aplique la justicia, al mismo tiempo que evitan que se sigan capturando a los cabecillas de las organizaciones criminales. Como ejemplo de la criminalización de los jóvenes revelaron que la mayoría de los detenidos tienen edades entre los 14 y 25 años.
Una fuente policial reveló que en el caso de los menores la ley es más flexible ya que los menores infractores permanecen internos durante un tiempo y al recuperar su libertad se reintegran a la organización criminal. Según autoridades policiales, la reducción de la edad punible podría ser un disuasivo para que los menores no sigan integrando maras y pandillas. Agregaron que es necesario educar a los padres de familia y maestros para que eviten que los menores desvíen su camino hacía el fracaso, ya que una vez que integran una asociación ilícita lo más seguro es que lleguen a terminar en la cárcel y en el peor de los casos en el cementerio.
Violaciones
Por otra parte, estadísticas policiales revelan que alrededor de 552 menores que han sido abusados sexualmente, la gran mayoría por familiares y en otros casos por amigos de confianza.
Según estadísticas policiales recabadas hasta el primer semestre del presente año, 297 violaciones se han cometido en contra de menores entre los 12 y los 18 años, mientras que 255 casos corresponden a niños y niñas menores de 12 años.
Para gravar la situación, algunos de los casos se han presentado en menores que padecen algún tipo de enfermedad o discapacidad.
En las denuncias atendidas por las autoridades se establece que la mayoría de violaciones son cometidas por los padres, hermanos, tíos, primos y padrastros de los menores.
“Son pocos los casos en que los responsables son personas particulares, o sea amigos de la familia”, indicó un oficial de la Policía Nacional que pidió el anonimato.
Sin brindar cifras de cuántos abusos son cometidos por particulares, el oficial afirmó que los niños deben ser educados por sus padres sobre el tema, enseñarles que nadie debe tocarles.
El oficial lamentó que muchos casos registrados en el interior del país no son denunciados porque las madres, en especial niñas, son amenazadas para callar el abuso.
Atención especializada
El doctor Luis Neira, coordinador de la organización no gubernamental Médicos sin Fronteras en Honduras, afirmó que los menores deben recibir un atención integral luego de ser víctimas de un ataque sexual.
Esta organización mantiene personal médico y de psicología en el hospital Materno Infantil, donde al conocer de un caso de abuso sexual brindan ayuda psicológica al menor y a sus padres.
“Se debe promover para que las personas que son víctimas de un abuso sexual reciban una atención integral que conlleve la atención médica, psicología y la ayuda social”, afirmó.
El médico opinó que en los hospitales los menores abusados deben ser atendidos por todos los especialistas de una sola vez y así todos escuchan el relato, por lo tanto, la víctima no tiene que estar reviviendo el hecho cada vez que es remitido a un especialista, “no es aconsejable”.
En el caso de Médicos sin Fronteras, ha establecido una alianza con el Ministerio Público para brindar apoyo a las víctimas de ataques sexuales.
En el Distrito Central, hasta el mes de julio habían atendido 236 víctimas.
Según los análisis realizados por ellos, los días en que se registra la mayor incidencia de violaciones son los fines de semana. “En los dos últimos meses hemos tenido un promedio de 20 personas por mes”, aseguró.
Niñas, las más afectadas
Según las atenciones que brinda Médicos sin Fronteras, las niñas con edades entre los 11 y 15 años son las más afectadas por abusos sexuales.
Luego siguen las menores con edades entre los 15 y los 30 años.
Según las autoridades policiales, las niñas son más fáciles de intimidar. Neira afirmó que se han registrado casos en los que las víctimas de violación son niñas menores de 10 años, “a las cuales su padre las amenaza diciéndoles que si le cuentan a alguien mataran a su madre. A esos niveles de falta de valores hemos llegado”, lamentó.
Sostuvo que en el caso de las niñas deben ser cuidadas con mucho receló, “aunque ahora se debe tener el mismo cuidado con los niños, que también son afectados por este delito”.
Las primeras 72 horas
Neira explicó que las víctimas de una violación deben ser atendidas de manera urgente en las siguientes 72 horas al abuso sexual.
“Porque dentro de esas 72 horas se puede evitar el contagio (infestación) y que la persona desarrolle el virus del sida (VIH), después de esas 72 horas no hay nada que hacer”, explicó.
Detalló que en ese lapso las víctimas de una violación son sometidas a tratamientos con medicamentos antirretrovirales que ayudan a que el virus del VIH no se desarrolle, pero exclusivamente durante esas 72 horas. Sostuvo que Médicos sin Fronteras brinda esos tratamientos a las víctimas de abuso sexual.
Según el doctor, los padres y maestros de escuelas y colegios pueden ayudar a los menores para que no sean víctimas de abusos sexuales.
En el caso de los padres, dijo que deben ganarse la confianza de sus hijos para que cuando estos sean objeto de un ataque sexual lo cuenten.
Personalidad afectada
En el caso de los menores abusados, el galeno afirmó que el abuso sexual deja graves secuelas en su personalidad.
“Sufren problemas de readaptación a la sociedad, de interrelación con otras personas, de poder llevar una vida sentimental con otra persona ya cuando son adultos”, sostuvo. Además del difícil desarrollo intelectual y emocional.
“Un niño que ha sido violentado por un adulto va a ser una persona desconfiada, insegura y que le va a costar trabajo volver a confiar en las personas y que va a tener siempre una barrera en la comunicación con las demás personas”, explicó.
Médicos sin Fronteras en el período de un año ha atendido 1,008 casos de violación, entre adultos y niños, de estos, 203 de las víctimas buscaron atención de emergencia en las siguientes 72 horas. También han realizado 494 pruebas de embarazo a niñas y mujeres violadas.
En 2013 el Ministerio Público realizó 2,832 evaluaciones a personas que sufrieron abusos sexuales, la mayoría eran menores de 19 años.
Fuente: http://www.elheraldo.hn/alfrente/763197-331/juventud-hondure%C3%B1a-en-la-mira-del-crimen-y-la-violencia